Hidrata, protege y suaviza la piel para reducir la irritación y facilitar el trabajo del tatuador. Su textura disminuye la fricción y ayuda a que la aguja se deslice mejor, mientras la Sangre de Drago contribuye a sellar la piel sin bloquear los poros. Mantiene la zona más relajada, reduce el ardor y controla el enrojecimiento gracias a sus ingredientes calmantes. Además, mantiene la piel elástica y evita la acumulación de tinta o residuos, permitiendo que el pigmento penetre de manera más limpia.